Prejuicios

No puedo evitar tener prejuicios. A pesar de que lo intento. A pesar de que no me gusta que los tengan conmigo.

Cada vez que veo a alguien por la calle, suelo pensar en si me gusta lo que lleva puesto; en si me parece una persona guapa o fea, en si está gorda o delgada.

Trato de aceptar comportamientos que no entiendo o no llevaría a cabo, pero en ocasiones es difícil.

Sé que suena a cliché, pero me gustaría que mi primer pensamiento al ver a alguien sea juzgar su físico o su ropa. Me gustaría no juzgar lo que haga la gente, o no juzgar lo que hago yo, en función de lo que pienso o de lo que piensa la sociedad.
Me gustaría que cada uno pudiera ser diferente y que todo el mundo lo acepte.

Para mi yo de hace años

Sé que muchas veces has pensado que tu vida es una mierda.

Siempre has tenido pocos amigos, y has pasado por cosas que te hacen desconfiar de la gente. Has sentido que los demás te juzgaban con la mirada a pesar de que, seguramente, en la mayoría de ocasiones no haya sido así.

Te has preguntado qué narices haces mal para no tener pareja, ni amigos.

Has pasado por decepciones con la gente, con los estudios, y muchas veces has sentido que eres una decepción para otros.

Te has metido en algunos problemas.

Ahora que tengo algo más de perspectiva, quiero decirte algo: si no haces nada para cambiar tu vida, tu vida no cambiará.

Seguirás teniendo problemas; todo el mundo los tiene. Pero puedes compadecerte, como has hecho hasta ahora, o plantarte y enfrentarte a ellos. Créeme, tienes poder y recursos suficientes para ello. Puedes alejarte de todo el que te hace daño y, sobre todo, tienes que creer que no todo el mundo te hace daño. Confía, aunque sea difícil; lo pasado, pasado está, no justifiques una mala actitud basándote en eso.

Será difícil salir de una conducta que tienes tan interiorizada. Pero merece la pena.